miércoles, 9 de noviembre de 2011

Corazones Envenenados nunca cambiarán

Alcé la vista por encima del ruido de la ciudad y entonces, en medio de tantas almas perdidas de rumbo desconocido, me vi a mí mismo; una silueta perdida en medio de un mar de sombras. Caminaba sin mirar a ninguna parte en concreto. Y quizás ése era el mayor de mis errores.

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